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Yo no veo
Sex and the City, pero según leí en algún lado, hay un episodio donde el personaje principal se amarga porque se da cuenta de que no hay ni una sola fecha en el año para celebrar la soltería. Es verdad, vean: nacimiento, bautizo, primera comunión, confirmación, graduación, matrimonio, embarazo y volvemos al ciclo. Solo queda la muerte. Esa sí que no discrimina.
Soportar que la sociedad piense que los solteros somos "especiales" son gajes del oficio en estas latitudes. Si sos mujer soltera de más de 30, te dejó el tren, sos amargada, lesbiana o puta. Si sos hombre mayor de 30 y vivís con tus papás, sos gay, con la atenuante de que, si sos mayor de 30 y vivís solo, sos un "player", mientras que si sos mujer, de nuevo, sos puta. Soporto también a la abuelita que se queja porque no tiene bisnietos, al papá que se preocupa porque uno está solo y cómo hizo Menganita para conseguir dos, DOS maridos si es fea, tonta y alcohólica. Bueno, debo admitir que a mí también me sorprende eso de Menganita.
Me molesta que nadie suponga que es un estilo de vida, un asunto de elección. Por la razón que sea, complejos, traumas, miedo, egoísmo, hay muchos que no quieren comprometerse a ese grado. Yo sinceramente no soy de esas. Yo soy idealista. No creo en eso de casarme por no estar sola y no he conocido a alguien que quiera casarse conmigo al mismo tiempo que yo he querido casarme con él. Quería o uno o el otro pero nunca los dos al mismo tiempo, así que no pasó. Me perdonan, pero no concibo casarme por sumisión, sea la mía o la del cónyuge. Eso fue mi elección. No por eso me siento menos mujer, más sola o más perdedora. Y eso que no soy el ejemplo de la confianza y autoestima.
En alemán existe una palabra para eso de estar sola por elección: alleinstehend. No es bonita, si la vemos objetivamente (parada sola), pero implica que es autosuficiente, que escogió ese estado. Soltera, en unión libre, casada, separada, divorciada, viuda o autosuficiente. Claro, es un país que eliminó el dichoso Fräulein de su diccionario por considerarlo peyorativo y sexista. No me imagino yo a Costa Rica eliminando su dichoso señorita, aunque yo veo mucho más digno que a una mujer de 60 le digan señora que señorita. Digo, ¿en realidad queremos que a los sesenta la gente nos vean con cara de himen conservado?
Cuando pienso en las luchas de los gays y lesbianas para que les reconozcan sus derechos, concluyo que es, a final de cuentas, el mismo pleito para todos los que no están casados. Si no estás con una pareja del sexo opuesto, no sos nadie. No podés adoptar, no sos prioritario para préstamos de vivienda, la persona con la que compartís tu vida es tan significativa socialmente como alguien que conociste en el bus, cole, U, trabajo. Los gays y lesbianas al menos tienen la esperanza de conseguir algun día que les reconozcan sus uniones, pero carajo, ¿qué le queda a uno? ¿Casarse con uno mismo? Hay áreas grises que no se contemplan. Como soy dramática y pesimista, siempre me ha dado miedo que, en caso de que algo le pasara al novio, uno no tiene literalmente vela en ese entierro. Estoy bastante segura de que la familia de mi novio me tomaría en cuenta, pero no están obligados a hacerlo porque ser novia no es nada. Debe ser horrible quedar totalmente por fuera, especialmente si la relación con la familia del novio es mala. ¿Y si lo entierran en un ataúd de peluche con el emblema de Saprissa, cuando uno sabe que era bien Liguista? Por otro lado, con solo un asegurado directo en la Caja se beneficia la familia completa, pero no por eso le dan a un soltero un quiebre en el cobro. Ni siquiera una tarjetita de "¡Felicidades, has llegado a los 30 sin embarazos no deseados!" OK, estoy de acuerdo con el concepto de solidaridad, pero maldita sea, ¡yo quiero cobertura para mi gata! Ser soltero es más caro. Pagás más impuestos, los productos dirigidos a vos son más caros en principio simplemente porque se presume que tenés plata que gastar. Como si uno no tuviera nada mejor que hacer con su dinero que desperidiciarlo estúpidamente.
Bueno y ¿a qué viene el desplante? Fui al Club este fin de semana con el Sardino y me recordaron en la entrada que solo tengo derecho a llevar al mismo invitado una vez al mes. Invitado. No es una persona en mi vida, sino que es alguien que viene y va, entra por invitación pero no tiene derecho a quedarse y disfrutar de los beneficios.
-Es su novio, ¿verdad? ¿O es su marido?
-No, es mi novio.
-Ah, entonces sí, si me pudiera ayudar con eso.
No es mi culpa que la gente cambie de novio como cambia de calzones. Hemos estado juntos bastante tiempo y, si bien en cuestión de un día todo puede cambiar, también ocurre con matrimonios. Si lo que me castigan es la inseguridad, debo confesar que conozco pocas parejas sólidas, casadas o no. Encima de todo sé que este Club permite entrar a mujeres divorciadas si el ex-marido o el papá es socio. ¿Cómo puede ser entonces que no haya un mecanismo para permitir que mi novio entre? Para terminar de envenenarme recuerdo que me afilié al Club porque me habían prohibido la entrada a costas de mi papá, por ser yo mayor de edad. De nuevo, nadie le impide la entrada a las hijas divorciadas dependientes de socios, pero como esta sardina era soltera dependiente de socio, no hubo de piña.
Y si por cuestión de lo razonable no entra, que entre por el lado de la economía. Si cobran una suma de dinero por el mantenimiento del Club, deberían al menos dejarme nombrar una persona más para sacarle provecho a la cuota. A ver, supongamos que fueran 100 Dólares de mantenimiento, dividido en 4 que es una familia promedio de clase media alta. Son 25 USD por persona. Entonces si oficialmente yo designara que Sardino pueda asistir al Club, sigo estando por debajo de esos 25 USD por persona. Yo sé que no es tan fácil como para simplificarlo matemáticamente, pero ¿por qué voy a pagar yo lo mismo que una familia completa, cuando demando muchos menos servicios? Es más, el que me impidan que entre el Sardino más de una vez al mes hace que yo vaya menos. La política no es abiertamente en contra de los solteros, pero sin duda termina siéndolo, o es al menos un reflejo de la sociedad en que vivimos. Está claro que no tienen por qué dejarme entrar si no les pega la gana, que pueden tener toda sus políticas, preferencias, particularidades que quieran, pues a final de cuentas es un club privado, pero no deja de indignarme. Es obvia la pregunta de por qué quiero pertenecer a un Club Social. Yo misma no tengo la menor idea.
O tal vez solo sean ideas mías. No se sabe, con esas solteras amargadas a las que dejó el tren.