lunes, enero 30, 2006

So an agnostic, an atheist and a jew walk into a buddhist temple...



Obra de Joey Remmers. Ver http://www.joeyremmers .com

No quiero sonar irrespetuosa. El año nuevo no fue un chile, en verdad. Realmente nos sentamos los arriba mencionados en una mesa a hablar de religión, tema escabroso, no por aburrido o polémico, sino porque profeso total ignorancia y soy pésima argumentando. Luego pasó a hablarse de Dream Quest momento en el cual perdí interés en la conversación. Tal vez de vernos hubieran pensado que no lo tomamos en serio (no ayudó que ninguno del grupo hablara chino --¿aunque cuáles eran las probabilidades, si eran como 15 geeks?), pero creo que a todos nos impactó. Sinceramente no me sentí fuera de lugar sino hasta ya entradas las dos horas, pero eso podría ser por mi habilidad por ignorar completamente mi entorno. No, no es habilidad desarrollada, sino más bien atribuible a mi despiste total heredado por la vía paterna. Claro, cuando comienza un monje budista a hablar en chino, pues es inevitable de repente percatarse de que está uno detrás del proverbial palo.

Pero así no comienza el cuento. Había tenido inventario físico de la empresa ("dícese de una actividad obligatoria para los empleados pero facultativa para los dueños, llevada a cabo un sábado cada cuatro meses y con duración de seis a ocho horas, cuyo objetivo es encontrar faltantes de material y errores en medición para sembrar culpa en los empleados y bajar la autoestima de los participantes"). Hago la salvedad de que yo no iba en el mejor estado mental. Como soy atarantada, no me gusta andar en carreras. Regresé a la casa a las 4:30 y aún tenía que quitarme toda la tierra de inventario de encima, que de fijo trae mala suerte porque ha estado ahí al menos ocho años (esto, desgraciadamente, no es exageración). Ah y mínimo rasurarse para no pasar el año peluda (encima de pobre y puesta al camino, peluda? Ni la abuelita lo quiere a uno). Habiendo cumplido con mi no tan estricto regimen de aseo personal, salí a las 5:10 p.m. de mi casa, con suficiente tiempo para viajar un sábado a San José centro sin dramas... si no es víspera de la manifestación de apoyo de Arias. Llegué a las 5:48, incómoda por hacer a los otros esperar, preocupada por ser impuntual el resto del año, y encima de eso estresada por mi necedad de preocuparme. (Es como una cebolla, la neurosis, tiene capa sobre capa, el paraíso de los psicológos es mi mente).

Acá yours truly cuando vio al monje perdió la ansiedad. Yo no sé cómo lo hace. En mis fiestas de cumpleaños, que pueden ser los festejos más mal planeados salvo por las fiestas de Zapote, yo ando hecha un saco de nervios. Olvido saludar gente, cuanto pobre inocente entre a la cocina termina haciendo la ensalada, olvido cosas insignificantes como sillas, música o carbón para la parrilla... Este monje se veía livianito, nada le quitaba la paz. Sin entender una sola palabra, en realidad me sentí bienvenida y tranquila (y, bueno, algo atraída por el monje. Me temo que si hay un infierno, voy a dar a él por ser tan libidinosa). Dicen que pasa los cincuenta, pero yo no le hubiera dado más de 35. Se le acercan los chiquillos y él saca (bueno, no sé de donde, no creo que la túnica o como sea que se llame tenga bolsas, o sí?) confites para darles. Como diría una vieja amiga (más bien antigua, no vieja, fuchi vieja), de un portátil total.

Luego de las palabras de una señora, el monje, y un señor (introducción (¿uy quién se viste así para este evento? Ay que grosera que soy, a la larga es tradicional...), aplausos, desarrollo (junten las manos, hagan que piensan algo importante, sean serios...debí de haberme puesto un brassiere, está haciendo frío), aplausos, y conclusión (¿este será el presidente de la dichosa asociación, me imagino?), aplausos), pasamos a comer. Ahí mejoró la noche (pero yo de por sí como de todo, soy una fácil). Si uno comiera así todos los días, no le haría falta la carne. Claro, también le sobraría la grasa, porque mucho era frito. Comenzaron los actos. Bailaron unos niños, cantó un coro... sinceramente no logré compenetrarme en estas actividades. A esas alturas yo pensé que había metido las patas y que era tonto celebrar un evento que no era mío para comenzar. En eso siguieron los leones. No sé si será que favorezco a los leones después de tanto libro de las Crónicas de Narnia, pero me dio ganas de llorar de felicidad. En todo caso, cuando los leones comieron su lechuguita y la esparcieron, en verdad sentí que era el fin de un ciclo y el comienzo de otra cosa completamente distinta. En verdad que fue un año de palo (y palo de piso), con muchas pérdidas pero también con sorpresas maravillosas. ¿Qué espero para el nuevo año? Paciencia, tolerancia, iluminación, salud, viajes, amor, paz en el mundo, lo mismo que piden las concursantes a Miss Universo. Y tal vez egocéntricamente pido lograr tirar a 70 M. ¿Será este el año en que me una yo a las grandes ligas? Ah y si le queda algo, quisiera comprar carro. No tiene que ser nuevo, con un modelo 93 estaría más que agradecida. Sí, yo sé que son bienes materiales. Ehhh, bueno pues no, en realidad no los necesito. Pucha, yo decía, ya no se puede pedir nada... shhhh. Tenía razón el ateo, que interesada. Sea como sea, bienvenido sea mi año, Año del perro.

POST SCRIPTUM: Mi estimada comerciante de artículos varios, ardua trabajadora en año nuevo chino, me informa tu amado que pensás abandonarme por ser tan corriente. Bueno lo de corriente ni modo, jeje, pero por favor, ¡no me abandonés! Eso sí, ni se haga ilusiones de chocolates o peluches para ganármela. Ya bastante sufro con un novio imposible para los regalos. Hmm, FIN DE DIGRESION NO ANUNCIADA.

viernes, enero 27, 2006

Godzilla ataca


Arrasó Godzilla con mi cuarto de visitas, cocina y cuarto de pilas. Con sus patas botó la manguera de la lavadora e inundó mi casa. total de damnificados: uno.

No fue sino hasta altas horas de la noche que recordé el nombre completo de mi gata: Godzilla. Claro, como era tan poco femenino, lo acorté a Zilla (de por sí, para que ponerle God-zilla, si soy agnóstica). Jamás pensé que un nombre le adscribiera características a una persona o animal, pero bueno, digamos que ya no soy tan agnóstica. ¡Es que son tantas las tortas! El primer día me dejó un regalo en la cama, al segundo se había quemado las pestañas con una candela de coco, luego arrasó con las cortinas, alfombras, persianas de bambú... ¿Cómo puede un animalito de apariencia tan dulce y pacífica hacer todos esos estragos? ¿Y con qué tiempo, si los gatos supuestamente duermen la mayoría del día? Quisiera decir que la reprendí, que le llamé la atención, que me enojé, pero no fue así. Lo tomé con un poco de psicología y hasta humor. La gata no sabe lo que hizo, no fue un acto consciente y despiadado de su parte (y si lo fuera estamos listos, porque tiene mucho tiempo sola para planear su ataque). Sin embargo, era algo irónico verla tomar agua de su platito rojo, con ese mar de agua alrededor. Caminaba entre el agua, sacudiendo las patas, como si eso le ofendiera. Toma agua del WC, de la ducha, parece que las sustancias químicas le agradan, ¿Por qué discriminar contra el jabón Surf olor a océano?

Si le hubiera puesto Moisés, como quería originalmente, hubiera partido el Mar del Cuarto de Visitas en dos y al menos con eso me hubiera ayudado a limpiar, pues agua estática debería ser meas fácil de echar a un balde. O tal vez hubiera traído las tablas con los mandamientos a los gatos del mundo. "¡Escuchad, gatos, pues os traigo la palabra de Dios!" Y bueno, no fue así como dijo Moisés dirán los religiosos. Qué voy a saber yo, ¡no les dije que soy agnóstica! Pero entonces la salida de la manguera hubiera sido un acto de Dios para traer al mundo felino los Mandamientos. Se habría convertido en una fecha para recordar. El Santo Día de la Manguera.

Si le hubiera puesto Einstein, habría al menos creado una compleja fórmula matemática para una palanca que hiciera salir la manguera de su tubo receptor, pero eso hubiera sido bueno, pues era por el bienestar de la ciencia, y a fin de cuentas nunca hubiera ido más allá del papel. A la larga solo hubiera encontrado las paredes rayadas con fórmulas demasiado avanzadas para mí. O tal vez, si se hubiera materializado en un experimento, hubier ido a lecho de muerte arrepentida del uso que se le dio a su descubrimiento.

Could have, should have, would have, but didn't. Se llama Zilla. Puede ser lo más dulce del mundo (a las 2 a.m., cuando se sienta en mi cara ronroneando), pero mientras supere la infancia felina, no queda más que temblar cuando se oyen los retumbos de sus patas.

miércoles, enero 25, 2006

Mis mejores deseos para el año Bingxu


Consistente con lo que les dije, puesto que el 2006 gregoriano no ha traído gran cosa--no ha sido malo, simplemente ha sido, eh, pues neutro--decidí celebrar el año nuevo chino. Para no celebrar algo que no conozco, me informé grosso modo sobre el año nuevo chino. Acá lo comparto, aunque ustedes, versados literales cuatro gatos (no almas puras, mejor ser versados, humo) sin duda ya lo conocen de cabo a rabo.

El año chino consiste en 12 lunas. Es un calendario lunar, a diferencia del gregoriano, que es solar. El año nuevo se celebra en la segunda luna nueva después del solsticio de invierno, momento en el que el sol está en su punto más bajo en el horizonte. Cada año bisiesto, se agrega un mes entero al calendario para que coincida con el calendario solar (a cuenta de qué, yo lo hubiera dejado así, maldito occidente).

Puede designársele de tres modos:

a. El año del perro (según el zodiaco, hay 12 signos de zodiaco, así que se repiten cada 12 años)
b. El año de Bingxu (hay 60 nombres para el año, Bingxu es el 7o en el ciclo)
c. Año 4703 (4704 para efectos de zodiaco)

Se celebra durante 15 días, comenzando en la luna nueva antes mencionada y hasta la lunas llena, 15 días después.

El primer día se celebra la llegada d elos dioses de la tierra y del cielo.

El segundo día es una fecha para recordar a los ancestros y dar gracias (que vienen a estar unidas, pues son los ancestros a quienes se les atribuye la buena fortuna y gloria de la familia). No me deja de impresionar esto. ¿Cuando celebra la cultura occidental a los ancestros? El día de los muertos es, al fin y al cabo, celebrar a los muertos, pero no se les agradece nada y no vamos más allá de los abuelos, creo yo. Ahí coincido con humo en que todo lo que se haga luego de muerto alguien es para los vivos.

El día tres y cuatro los nueros le dan sus respetos a los suegros (por dicha no dice nada de las suegras).

El quinto día se llama Po Wu. La gente se queda en su casa para recibir al dios de la fortuna (dinero, no suerte). No se visitan amigos o familiares porque trae mala suerte.

Del día seis al diez, se visitan familaires y amigos. También se visitan los templos para pedir suerte y salud.

En el día siete los campesinos presentan sus cosechas, y se considera el cumpleaños del ser humano (el día dos es el cumpleaños del perro). Se comen tallarines para larga vida y pescado crudo para el éxito.

El día ocho se reúne la familia a cenar.

El día nueve se hacen ofrendas al emperador de jade.

Del día diez al doce se invitan amigos a cenar. El día trece se absitene de comidas pesadas (después de tanta jama) y se come chom sum para limpiar el cuerpo.

El día catorce se preparan para el Festival de las linternas, que se celebra el día quince

Supersticiones de año nuevo

La casa debe limpiarse antes de la llegada del año nuevo. De otra forma, se "barre" la buena suerte. A partir del día 2, se puede barrer la casa pero debe dejarse la basura en las esquinas de la casa y nadie debe pasarles por encima. Barrer algo fuera del umbral es barrer a uno de los miembros de la familia (o sea, colgar las tennis, para nosotros).

Se revientan bombetas y fuegos artificales. También se abren las ventanas para dejar al año viejo salir.

Lo que uno haga el primer día sienta precedentes para el año completo. Entonces, se recomienda:

a. Haber saldado las deudas, porque nadie quiere deber dinero el año completo
b. No deben decirse malas palabras (ufa, que difícil) o palabras que invoquen la mala suerte
c. No debe hablarse de la muerte
d. No debe hacerse referencia al año anterior
e. Para evitar que los mocosos lloren el año completo, los padres no deben castigar a los niños (nombres, al revés, ¡tenerlos a raya para que se porten bien el año completo!)
f. El día de año nuevo, no se debe lavar el pelo para no "lavar" la buena suerte.
g. Debe usarse rojo, un color feliz y brillante, para que traiga un futuro feliz y brillante (¡oiga humo, acá está la receta!)
h. No deben usarse cuchllos o tijeras, porque cortan la buena suerte
i. No se recibe a nadie en el cuarto (shhh, cuidado y pasa uno el año completo con sexo en abundancia, mejor este no lo seguimos)
j. La primera persona y las primeras palabras que se escuchen son de importancia para predecir la suerte que uno tenga ese año

Comidas tradicionales

Es tradicional comer jai, un plato vegetariano, pescado (símbolo de abundancia y unidad), pollo (prosperidad, pero ojo, debe servirse completo, cabeza, patas, todo--¡que asco!) y tallarines sin cortar, para simbolizar larga vida. En el sur de China se celebra con nian gao (un arroz con leche) y zong zi (arroz envuelto en hojas), mientras que en el norte se comen man tou (pan al vapor) y croquetas de carne. Comida en abundancia es augurio de un año abundante en suerte y riqueza.

El 28 voy a celebrarlo por primera vez. Ahí les cuento como me va. Hasta entonces, ¡feliz año!

lunes, enero 16, 2006

Jesucristo viene...vestido de los Celtics


Jesucristo viene de Liberia y antes de llegar a Costa Rica pasó por California, donde estuvo 8 años. Eso nos dijo en la breve entrevista que le hicimos durante nuestra estadía en Puerto Viejo de Limón. No, no me drogo, ni bebo en exceso. Jesucristo vino, se sentó con nosotros en un bar. Debo admitir que sus primeras palabras no fueron muy iluminadas, sino más bien algo mundanas. Si no me equivoco, comenzó con "I like the chicks".

Tristemente, de todas las buenas preguntas que le tenía, lo único que se me ocurrió preguntarle es cómo saber cuando es hora de seguir su rumbo. "You will get a sign" (qué se le va a hacer habla inglés). En realidad no fue ni tan mala pregunta, ni tan mala respuesta. Últimamente me consterna mi situación en la vida: mi trabajo, la relación con mi novio, la pérdida galopante de amigos durante el 2005, mi familia, y mil otras cosas menos importantes tal vez. Claro, a mi me encanta preocuparme, es mi psicopatología cotidiana, como diría Freud. En realidad tengo una vida buenísima y estoy muy agradecida, pero siento que este es el año en que menos debería aferrarme a las cosas o personas. Así que, en el claro entendido de que el cambio es bueno, por más que nos resistamos a ello, espero una señal.

miércoles, enero 11, 2006

Sardina busca pasatiempo

Sardina albina busca pasatiempo para 2006, preferiblemente útil y poco común. No se tomarán en cuenta clases de baile o de idiomas entre los elegibles. En caso de tener una propuesta seria, por favor hacer llegar comentario.

martes, enero 10, 2006

Yo blogueo, tu blogueas...

Mis saludos (y agradecimientos) a aquellos que quisieran leer este escueto blog de principiante (casi los puedo listar por nombre, al fin y al cabo a pocos les importa la chatarra que lleva uno oculta entre las motas de algodón que han de constituir mi pobre cerebro). No se imaginan lo que costo hacer el arranque pero bueno, acá estamos ya con las pilas puestas para armar la conversona.

Comienzo con un tema puramente lingüístico. ¿Cuál es la verbo correcto para "el acto de escribir un blog"? El DRAE no registra la palabra blog, lo que no me sorprende, pues le llaman al "mouse" ratón, acto algo desesperado por acuñar una palabra en castellano para un término en inglés que se les escapó de las manos (¿o será falta de creatividad? ¿Lentitud crónica?). No acepto que sea "escribir un blog". Entiendo que uno escriba un libro, un poema, etc. porque son procesos, pero "escribir" un blog le quita mucho de la inmediatez, no captura la esencia del blog. No sé si ya existe, pero propongo que acá entre nosotros lo dejemos como bloguear. Mmmm, casi me sabe a dinamismo. Si escribir un blog fuera lo mismo que escribir un libro, difícilmente pondríamos manos a la obra, pues un Quijote no escribiremos.