Beaver fever

Perdonen lo que parece una vulgaridad de título, pero me aseguran mis fuentes (dos) que es una verdadera parasitosis. Sospecho que tengo "beaver fever", mejor conocido como giardiasis. Por cierto, Beaver Fever debe ser un invento de las productoras pronográficas. Dice Wikipedia que es correcto, pero me dio miedo teclear esas palabras en Google porque no sabia qué resultados me iba a tirar así que no investigué más. Mis disculpas si es una broma pesada de algún contacto mío.

En algun momento les comenté que mi gata tenía giardiasis y que era muy extraño porque no era algo que tenían los gatos en Costa Rica normalmente. He aquí la prueba de que soy bruta. Lo primero que debí haber pensado era que, en vista de que mi gata cree que la taza del excusado es su bebedero personal y tengo que religiosmanete bajar la tapa para evitar ver, desde la sala, únicamente sus posaderas al aire sobresaliendo de la taza, la que tenía giardia era yo. Curiosamente giardia es uno de los parásitos en los que el ser humano puede ser portador asintomático. Duh. Duh y re-duh. Me imagino a mi veterinaria toda apenada pensando en cómo decirme que estaba infestada de parásitos asquerosos y yo, como siempre, en la luna y sin ser capaz de ver lo más obvio.

La peseta me cayó lentamente y principalmente por un amigo a quien, habiendo comenzado la tarea atrasada de leer Douglas Adams, ahora quiero bautizar Marvin el robot, lo cual, aunque no parezca, es porque le tengo algo de afecto y no porque me saca de quicio. En todo caso, Marvin me comentó que muchos de mis síntomas algo inconexos y atópicos podían atribuirse a parásitos. En efecto, me mandó algunas páginas que me convencieron (pero para ser sincera no se ocupa mucho para convencerme, porque soy una legítima hipocondríaca. Bueno, al menos sería una buena hipocndríaca si no fuera tan vagabunda y olvidadiza. Para ser un buen hipocondríaco, hay que invertir tiempo en leer y tener buena memoria. Si no, ¿cómo convencer a los demás de sus dolencias si no investigó los síntomas y se los memorizó para recitárselos al pobre que tiene que oírlo a uno? Por otro lado, si uno se confiesa hipocondríaco, ¿puede seguir siéndolo? Digo, ¿no será como en los programas de doce pasos, donde aceptar su adicción es el primer paso a una mejoría? ¿Habrá un HA (Hipocondríacos Anónimos)? Si no lo hay, alguien debería fundarlo. ¿O les daría miedo asistir y enfermarse, o lo verían como una posibilidad de encontrar nuevas dolencias?

Me queda la curiosidad de dónde le hice el ride a la giardia, porque la verdad es que soy muy despreocupada con eso de alimentos callejeros de dudosa procedencia y al lugar que fuere, hago (o mas bien jamo) lo que viere. Así fue como casi no pude salir de Cusco por una flamante intoxicación con carne mal cocinada (que selló el destinó de las hamburguesas en mi dieta), aunque no limita mi amor por los manguitos cele con sal, así sea proveniente de un vendedor ambulante de Puerto Viejo o de un carrito en las afueras de alguna Universidad en Bogotá. Así que si me preguntan dónde me contagié, pues fue o en el puesto ambulante por la Biblioteca Nacional, o en el que está por Tribunales de Goicoechea, o en Granada, mientras comía bizcochos o de los lugares mencionados arriba o en Bolivia cuando entramos por Puno porque estábamos aburridos de estar en Cusco y nos fuimos por tierra la peruana, el brasileño y yo, o en Panamá cuando nos quedamos en aquel chinchorro de hotel llamado por la guía el "lugar conocido en la ciudad como destino para un mambo horizontal rápido", o en Guatemala. No es por rajar. Dicho de otra forma, lo haria de nuevo, porque sin tener una sola foto recuerdo cada uno de esos lugares así que valió la pena la experiencia, ¿no? Al menos no saco basura del basurero, eso es algo. Mi basura viene directo de un envoltorio de Quizno's, Bagelmen's o Subway, muchas gracias. Hmm, ¿será ahí que me contagié?