viernes, agosto 25, 2006

Mi vida pato-logica

Sole me inspiró. Me recordó la mejor canción de Plaza Sésamo.

Decidí que no quiero seguir siendo una sardina. De acá en adelante terminaré todas mis plegarias con un "y por favor, por favor, vos que sos tan grande (como Maradona, ché), dejame amanecer como pato de bañera y no como una vil sardina, que por todo lo demás, fuera de ser albina no tiene nada de especial.

No sé en qué momento tuve esta epifanía, esta revelación, estilo el cuadro que tiene la abuela de la Anunciación, donde se abren los cielos y un rayito pega justo sobre la cabeza de la Virgen. No es muy a menudo que uno está fijándose hacia arriba, a ver si lo iluminan, y menos en época de invierno.

Si recuerdan al pato de hule de Enrique (alias el patito juguetón--¿ven que bien pinta?), tenía una mirada tan complaciente ese pato, era un pato en paz con su entorno, un pato simple y llanamente feliz. No se sentaba a pensar si estar en la bañera era lo que quería, si habrá una bañera más grande, más bonita, más limpia, si ese agua realmente era limpia, si le gustaba el jabón que había comprado Beto (porque seamos sinceros, en esa relación el que hacía las compras era Beto)...

Claro, como dice el gato buzo anónimo, podría tocarme ser el pato de una gorda y morir aplastado contra uno de los sucios costados de la bañera, pero en realidad aún ahora podría morir aplastada por una gorda, no hay seguro contra gordas. En Monopolio nunca salió una tarjeta que decía "Pase por Go y recoja su seguro contra gordas". Perdón si ofendo a alguien con lo de gorda, el comentario original no fue mío, solo estoy narrando los hechos.

Por lo demás, sería el pato de alguien que lo ama, flotando pacíficamente en el agua jabonosa caliente... de pis de mocoso, probablemente, pero en fin, caliente. Hmm, a menos que, como en Toy Story, sea desechado por un pato que en vez de hacer mero "cuac" cuando lo apachurran, diga "To infinity, and beyond!" Maldita sea, estoy frita. Tendría que partirme el trasero (literalmente, porque ahí tengo el pito) haciendo "cuac cuac" para complacer al mocoso miserable ese, el que se tira pedos en la tina para ver las burbujas. Eso o terminar en el basurero. Al menos como sardina no me veo en la obligación de complacer a nadie como método de supervivencia. Si me comen, no hay resentimientos, es el orden natural de las cosas. Si enjacho feo al don de otra sardina, me meto en un miche tipo "Beat It" de Michael Jackson, dos sardinas una frente a la otra con cuchilla en una mano y la otra amarrada a la espalda. Bueno, aleta, ustedes entendieron. ¿Pero tener que caer bien para sobrevivir? Diay, para esa gracia trabajar en un Ministerio.

De vuelta a ser sardina. En verdad que el charco de la par siempre se ve más azul.

miércoles, agosto 23, 2006

Esta mañana amanecí peleada con mi celular. En este momento no puedo recordar sus bonanzas (see que tienen un lado positivo) y me parecen simplemente otro juguete caro. Ha sido un proceso lento, pero tengo sobradas razones para estar peleada con los de su especie.

Los ticos no somos conocidos por respetar los derechos de los demás. Por eso no es de extrañarse que la gente no hable, sino grite cuando habla por celular (yo misma me declaro culpable). Creo que las épocas en que uno/a tenía uno de los 1 000 ladrillos de Millicom pasaron, no necesitamos llamar la atención al hecho de que tenemos un celular.

Tampoco sorprenden los tonos escandalosos para avisar que recibimos un mensaje de texto, aunque la regla es que, aquellos que se fijan 40 veces por minuto a ver si recibieron algo tienen un pito chillón acompañado de un display de luces estilo bola de disco, mientras que los pasmados que nunca revisan su teléfono lo tienen en vibrador. Yo realmente me limito al laissez faire, laissez passer, no tanto porque crea vehementemente en la libertad de expresión, sino porque soy demasiado mediocre y vagabunda como para echarme tanto pleito, pero debo aceptar que me irrita. La colección de chilindrines, sonajas, maracas y panderetas es insoportable cuando uno anda en bus y no tiene donde esconderse del ataque sónico.

¿Las antigüas molleras son bonitas o particularmente sexy? Creo que no. Por eso no entiendo la insistencia de algunos en sentarse a tomar café con uno/a, pero rehusarse a quitarle la mirada a su celular mientras manda copiosos mensajes de texto. Realmente no me importa si nos vemos otro día y es obvio que hay algo que le quita a usted el sueño, dejémoslo para otro día.

Nunca está de más hacer mofa de aquellos que responden su celular en el cine. -Aló? ¿Diay qué, mae, qué me dice? No, mae acá en el cine. No, mae es que estoy en el cine. Mae, no le entiendo nada, más tarde lo llamo." Realmente es el colmo de la desconsideración. Hizo a la otra persona pagar 30 colones por NADA y nos hizo a todos callarlo. Apague el maldito celular. No lo ponga en silencio, APAGUELO. ¿Realmente espera una llamada tan importante? Si es tan importante, ¿qué hace en el cine? Creo que pocos somos tan imprescindibles, si me disculpan la aseveración generalizadora.

Paso a mencionar la función de los mensajes de voz. En teoría una contestadora reemplaza una llamada. Si sale directamente la contestadora, deje un mensaje, por más banal que sea, se le perdona. Idealmente, indicaría nombre, número de teléfono y razón de la llamada. "Hola, le habla fulano, mi número es 555-0000 y necesito urgentememente una personería jurídica y su cédula de identidad. Por favor envíemelos al e-mail fulano@colossomegasupermail.com" es un ejemplo del mensaje ideal. Sin embargo, considerando que los casilleros tienen espacio para 5 mensajes de voz, realmente puedo dispensar de un "habla fulano, por favor devuélvame la llamada". "Por qué no contestás tu teléfono" tampoco está en el Top Ten. Dejar una llamada perdida cumple bastante bien con el objetivo de indicarme que me llamó y no lo/la pesqué.

Luego están las clásicas llamadas no identificadas. A qué se debe que no quiera mostrar su número? Todo tipo de sospechas me surgen.

a. Usted es un/a stalker o un/a indeseable y no le quiero recibir la llamada.
b. Por alguna razón cree que nadie le va a devolver la llamada, por acomplejado
c. Se cree importante y no quiere revelar su número.
d. Le gusta dejarlo a uno con el clavo.

Si le hace sentir mejor, vivo en Downtown Patalillo y nunca tengo señal. Ninguno de los arriba mencionados aplica conmigo. Tengo indeseables y stalkers entre mis mejores amigos y asocio el concepto de "quedarse con el clavo" con trabajo, así que va en contra de mi patente estilo mediocre de vida. Además, soy bastante cortés (o idiota, dependiendo de cómo lo vea), y es probable que, aunque no reconozca su número, le devuelva la llamada, en caso de que sea un cliente con una orden megaespectacular. No esperaba que fuera Montesacro anunciando sus nuevos planes de financiamiento de nichos, prueba contundente de que soy una persona positiva.

No soy inmune a alguno de estos comportamientos, pero es una maldita dependencia, y si fuera a hacerme de alguna adicción, sería a algo que valga la pena, como el alcohol, la marihuana o alguna droga que me haga ver hombres desnudos fortachones con sombreros de paja en tangas rojas y paraguas multicolor. Eso es ameno. La pantalla de mi celular no es emocionante. ¿Ustedes saben lo que cuesta encontrar un protector de pantallas para el celular con hombres desnudos fortachones con sombreros de paja en tangas rojas y paraguas multicolor?

miércoles, agosto 16, 2006

¡Zilla tiene gemelo criminal!




Texto tomado de http://mx.news.yahoo.com/s/060722/8/1tpje.html. Fotografía tomada de http://www.sfgate.com/cgi-bin/object/article?f=/n/a/2006/07/20/national/a120841D87.DTL&o=0&type=bondage

viernes 21 de julio, 07:30 PM
(AP) - PELHAM, Nueva York, EEUU (AP) _ Un guante de jardinería rosa con blanco desapareció del porche frontal de la casa de Jeannine Goche. Pero no fue difícil echarle el guante al culpable. Willy, el gato obsesionado con guantes, había atacado nuevamente. "Tenía que haber sido él", comentó Goche. "Ya había escuchado de él".

Como si los jardineros de Pelham no tuvieran suficientes cosas por las cuales preocuparse: con el terreno rocoso y las babosas (caracoles sin caparazón) y los grandes árboles que crean demasiada sombra, un felino ladrón ha estado entrando furtivamente a sus patios y se ha llevado al menos dos docenas de guantes de jardinería.

El guante de Goche con estampado floral podría pronto acabar en un tendedero que cuelga frente a la cerca de la casa de Willy, situada al noreste de la ciudad de Nueva York. El gato vive con Jennifer y Dan Pifer, el hijo de la pareja Hudson, de 19 meses, y un perro mestizo llamado Peanut Chew.

Entre los guantes hay un letrero que dice: "Nuestro gato es un ladrón de guantes. Por favor tome (uno de) estos si son suyos".

Nueve pares de guantes de jardinería y cinco guantes sin pareja estaban colgados la mañana del jueves. Willy, con aire de inocencia, estaba jugando con un escarabajo en la entrada de vehículos y ocasionalmente se lanzaba tras Hudson.

"Todo esto comenzó en la época en que la gente comenzó a trabajar en sus jardines, creo que en marzo o abril", dijo Jennifer Pifer. "Willy simplemente aparecía con un guante, o nosotros los encontrábamos en los escalones del frente. Supongo que es mejor ésto a que trajera a casa pájaros muertos".

Ella no sabe qué tan lejos va Willy a buscar un guante, pero se dio cuenta que necesita dos viajes para traer un par que corresponda.

Willy, nacido en la primavera pasada, al parecer arma su colección en allanamientos diurnos.

viernes, agosto 04, 2006

Sardina alcanza los setenta


Setenta metros, quiero decir. ¿Acaso pensaron que estas escamitas ya sumaban tantos años? Para nada, aún tienen su lindo brillito tornasol. Se han caido un par, sí, pero ahí están la mayoría. Las maravillas que hace el Pantene Reavivaescamas.

Como recordarán, por ahí de enero les dije que era mi objetivo tirar a 70 m. Hace un mes había decidido que era una quimera, que no iba a ocurrir y que iba a dedicarme más a dormir tarde los domingos. No sé si habrá sido la increíble percepción de Mustafá, el que trueca artículos de arquería por camellos, pero apareció la solución: un error garrafal en la forma que nunca nadie mencionó, un cambalache con la mira y ZAZ! puede la Sardi tirar a 70. Apenas a tiempo también, porque venía el torneo Anexión.

Como seguimos aún con bajas (el año pasado tiraban siete mujeres recurvo), solo estamos tirando 3 en el ranking, por lo que quedé, de nuevo, segunda de tres. Sin embargo el resultado es honroso: 812 puntos total: 190 a 70 m, 153 a 60 m (entrada la lluvia, pues de otra forma tiene poco sentido), 216 a 50 y 253 a 30. La única meta que me queda es la de lograr 1000 puntos en un torneo, pero esa será para el 2008, pues no es así no más que se llega. Típico mío, ni he disfrutado este resultado y ya voy subiendo el palo de limbo. La meta más inmediata sería tirar 900 puntos en la Copa Costa Rica, pero se alejan más las posibilidades de medalla, pues viene un equipo de El Salvador. Como les dije, la maravilla de este deporte es que los resultados no se miden en medallas, sino en progreso.

En todo caso, quería comentarlo porque era tema inconcluso. No vayan a creer que lo deje tirado. Eso solo lo hago con yoga. Y alemán. Y el curso de cómo hacer páginas web. Y el voluntariado en el albergue de animales. La tesis. El libro. La cobija. Mi conversión a una religión más espiritual. Ah y los planes de viajar a India, Turquía, Tailandia o Israel.

Ya ven porque les dije desde el principio que no me tomen en serio.