jueves, junio 15, 2006

Reporta la Sardina, bajo la mazorca voladora

Escribo bajo una estatua colgante de una mazorca avión. La miré por horas, pensando si entrará en la categoría de arte, si será asunto mío decidirlo y si me va a caer en la jupa. A unos 10 m hay una zanahoria cohete. Como estas cosas las noto mientras adormezco, de repente se me ocurre que me lo estoy imaginando. Diez minutos de somnolencia profunda y zaz, me levanta el señor que se sienta a la par, hablando durísimo en un dispositivo inalámbrico que cuelga de su oído. Miro hacia arriba. No, ahí está. Lo raro es que no hay más arte vegetal alrededor. Es solo eso: una mazorca, una zanahoria. Yo, brocoleña orgullosa, estoy ofendida por la falta de representación de ésta. Podrían haber hecho un globo de ella. Tal vez haya una en algún otro lugar del aeropuerto. ¿Por qué no hay una placa con el nombre del artista?



Y bueno, la curiosidad no da para levantarse e ir a averiguar. Para esa gracia iría a comprar un periódico y no me conformaría con leer el USA Today que regala el hotel. Me queda un vuelo por hacer. Yo, que le dedico horas al tema de cómo morir, decido que no está tan mal morir en un accidente de avión. Quedo hasta un poco decepcionada de que, luego de cinco o diez minutos de turblencia que le tumban el café al vecino, no pase nada más. Me robaron. En TODAS las películas de accidentes de avión ese es el primer paso: a alguien se le derrama la bebida. Luego, súbitamente, el avión comienza a caer del cielo a velocidades anormales. De pronto recuerdo la película The Langoliers, basada en la novela de Stephen King. Pucha, ¿y si aparezco en otra dimensión? O peor, que quedemos estrellados en el quinto del carajo y yo me muera y me tengan que comer. Me imagino que asusto al señor de la par si le digo que yo entiendo si me tienen que comer, que incluso le doy mi consentimiento. No hard feelings. De por sí, yo tengo un poquito de carne más que la sardina promedio, seguro se van por algún gringo porcionzón.

No es que no sea feliz o que no me guste vivir. Me encanta, me divierto montones y todo me entretiene (soy sumamente poco selectiva, si no, arriba la evidencia de la mazorca). Es únicamente que me parece un poco deprimente eso de envejecer. Sinceramente, qué pereza. Justo montarme en avión me recuerda que a mí en realidad no me gusta estar cómoda, que quiero viajar a Tailandia, Laos, India, China, Japón, Israel, Africa del Sur, Marruecos... Dios sabe que me hizo capaz de dormir en cualquier lado porque soy mochilera innata. Si no hubiera comprado el apartamento, lo pensaría más en serio. Si no compro carro, podría pensar seriamente en un viaje corto de esa naturaleza pero la gracia sería perderse de vista, desaparecer de la faz de la tierra. Sería mejor gastar el dinero en algo así, antes que en una cirugía para corregir pechos colgantes o bolsas en los ojos y tratar de negarse que uno está más viejo. O tal vez pretender ese estilo de vida a estas edades es precisamente evitar el tema de la vejez inminente.

No recuerdo la última vez que tomé un avión por diversión, o al menos voluntariamente. Qué importa si a uno le da alergia, tos, asma o moquera si uno llega a descansar, si eligió el destino y puede al menos tres de cada diez días dormir hasta tarde, o desayunar, almorzar y cenar sin tener que mencionar la palabra "ventas" (a menos que uno sea uno de esos perdedores adictos al trabajo). El asunto es que viajar por trabajo es la peor razón para montarse en un avión. Tal vez sería más divertido montarse en la famosa mazorca y si choca, convertirse en palomitas de maíz. Creo que esa mazorca era arte después de todo.

6 comments:

At 6:28 a. m., Blogger Jules said...

Me da la impresión que probablemente el brócolí no sea un avión sino un zeppelin, un dirigible, un globo de aire caliente para darle la vuelta al mundo.

 
At 9:47 a. m., Blogger Lachi said...

¿Porqué usted siempre se fija en los objetos fálicos?

Eso se llama: mi pareja no viajó conmigo.

 
At 12:18 p. m., Blogger Sardina albina said...

Medea: Brocoli tiene que ver con gas :D

Lachi: Tanta elucubración y resulta que solo soy una perversa. Shhhh... que aguevado.

 
At 5:05 p. m., Blogger Solentiname said...

Si uno se revienta en la mazorca voladora, el cielo es un cine enorme con películas argentinas de las buenas?

Por cierto, MIlenium es una película de los 70's buenísima con el tema de qué pasa con las víctimas de los accidentes de aviación.

 
At 5:08 p. m., Blogger Denise said...

Jeje... sí, el avión-maíz es un poco fálico.
Y desde que vi un documental de que si alguien estornuda en un avión de fijo te llegan los bichos, aunque estés lejos, me da grima. Intento olvidarme, pero saber que respiro aire reciclado me hace serio gracia... mejor dejo el tema que el domingo me toca cruzar el Atlántico con microbios ajenos. Puagh.

 
At 9:36 p. m., Blogger Humo en tus ojos said...

Dejando de lado el falocentrismo... si no ando ya chocheando de la memoria, la última vez que tomaste un avión por 'pleasure' fue cuando fuistes a ver a Kathy... y volvistes hecha una felicidad!
¿habrá algún modo de sacrificar un pelín lo del carro o posponerlo otro pelín y hacer un minitur de ese tipo???

 

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