viernes, abril 21, 2006

Lola M. se entrevista

Lola M. no se pierde la oportunidad de leer los anuncios clasificados del periódico. De hecho, es lo único que mira. Tiene años de no saber lo que es buscar trabajo, así que cuando contesta los anuncios en el periódico, lo hace más como hobby. "Ponerse una etiqueta de precio", le dice ella. Si alguno le ofrece trabajo (no es a menudo), ella medita si cambiar su existencia o seguir igual, mal pagada y quejosa. Siempre escoge la última, porque es más fácil. Es una fuente de recursos humanos invaluable entre sus amigos, pues todos han conseguido excelentes puestos gracias a ella.

Todo seguiriía bien con Lola si no entrara en una mid-life crisis, de esas que hacen a los hombres salir corriendo a comprar un auto deportivo y dejar a su fiel esposa por alguna quinceañera con tetas de Barbie. Y bueno, Lola no quiere un deportivo y no tiene marido que abandonar. Lamenta ya no ser la joven que viajó tanto, se arrepiente de no haberse ido a Tailandia, Camboya, India y Laos, como le ofreció el israelí loco en Berlín. El israelí al que no le quiso recibir ni una cena, porque no quería involucrarse. Otro hecho lamentable. Ella se siente inempleable, atrapada. ¿Cuándo fue la última vez que pidieron empleados de su edad? ¿Será que pasa en el mismo lugar, la misma casa, comiendo lo mismo, el resto de su vida?

Lola M. decide esa noche caliente, esa noche en que no quita la cobija aunque haga un calor endemoniado porque así ha dormido su vida entera, cambiar su vida. El próximo anuncio que me contesten, la próxima llamada, le digo sí.

La próxima llamada es de un amigo. Que si le interesa responder e-mails porno. Solo XX caracteres por e-mail y pagan XXXX USD si contesta XXX al día. Lola M. se cuestiona si puede responder cada correo creativamente, pues odia ser machotera. Bueno, siempre están oooohhhh y mmmmmm, eso son bastantes caracteres. Lola M. lo considera pero al final decide que, cuando muera violentamente en un asalto, o de un golpe en la cabeza mientras de ducha, o como sea que se muera (Lola M. dedica muchas horas de su día pensando sobre el tema), menuda sorpresa para sus padres sería su fuente de ingresos. Bueno, el próximo, el próximo es un sí inmediato. Hmm, debería ser igual con los hombres.

El próximo es una llamada extraña que le dice que se presente hoy a X horas y X lugar para unas pruebas. Lola, despistada, no pregunta qué tipo de pruebas y nadamás agradece no haber venido en shorts y chancletas ese día al trabajo. Lola M. es medio pasmada. No piensa mucho en el asunto.

Se presenta a las X y le dan una hoja para llenar con sus datos personales. Se equivoca en la fecha de nacimiento (si uno lo dice suficientes veces, hasta uno mismo se lo cree), dura unos 20 minutos llenándolo. Se lo entrega a la supervisora, quien le hace el pequeño comentario de que le falta el resto de las pruebas. Ah, sí, es verdad, dijeron pruebas. Lola M. se siente idiota, pues efectivamente hay unas 20 páginas engrapadas con la famosa hoja de datos personales. Una prueba de comprensión de lectura, una de razonamiento, uno de esos tests tipo Cosmo (de hecho, ella está segura de que lo hizo en Cosmo): si un compañero se robara materiales de la oficina, ¿lo denunciaría, sí o no? Hmm, ¿hay recompensa? No, eso no figura en la respuesta. Entonces sí. La última parte es redactar una respuesta a un e-mail. Lola M. se sube las mangas, se prensa la lengua con los labios y le pone. Hay ruido de fondo. Cinco personas que almuerzan. Ahora son 10. Vienen otras 10. Cumpleaaañoooooooos Manoliiiiiiitoooooooo"... ¿No podré poner esto como una atenuante a mi pobre rendimiento? Esto debe ser cámara escondida. Bueno, al menos me trajeron queque. A todo esto, ¿qué rayos estoy haciendo aquí? ¡Si ni siquiera me han ofrecido trabajo! Lola M. termina la tarea silenciosa y diligentemente (no es el tipo de persona que muestra su descontento).

La hacen pasar a otra oficina, donde se entrevista con un hombre simpático, quién le indica cuál es el salario...aaahhh, como melodía a sus oídos. Lola M. comienza a rezar fervorosamente por que sus pruebas estén en el rango de lo medianamente aceptable. El entrevistador le pregunta por qué mira hacia arriba y balbucea, así que ella se calla. Le dicen que falta una entrevista más, y que esperan verla pronto. Lola M. sale, rezando fervorosa pero silencioamente, y toma el elevador al primer piso.

6 comments:

At 11:20 a. m., Blogger Alfonso Chacon Rodriguez said...

Una oficina donde se festejan cumpleaños no puede ser tan mala para Lola, en verdad. Pero como dicen los Zen, cuidado con lo que deseás porque se te puede cumplir.

 
At 12:34 p. m., Blogger Humo en tus ojos said...

Sisi quequito hasta para el aspirante a nuevo trabajador, sisi, cuidado, pero mi pregunta es otra, más metafísica:
¿quiere decir este relato que Lola M. reza? ¿que no es atea? ¿o es solo cristiana oportunista????

 
At 6:51 a. m., Blogger Denise said...

Pues que Lola lo logre, si es lo que realmente quiere!

 
At 11:48 a. m., Blogger Floriella said...

Es en serio eso de trabajar contestando e-mails porno? @_@ In-cre-í-ble.
Suerte a Lola.

 
At 4:15 p. m., Blogger Juanpa said...

Prefiero lo de los mails. Eso de llenar formularios y entrevistas me huele mal... y queques de cumpleaños cerca de donde se llenan formularios... por lo visto es pequeño el espacio físico...

Tranqui Lola M. para entrar a mi trabajo hasta entrevista con psicólogo se necesitó!

 
At 8:27 a. m., Blogger Sardina albina said...

Alfonso: Quién sabe qué quiere Lola, es tan complicada.

Humo: Yo soy atea, no sé Lola. Que el primer cristiano oportunista venga a tirar la primer piedra si no le parece que ella rece por conveniencia.

Denise: Idem al comentario de Alfonso, esa mae es rarísima. Probablemente lo que más quiere es un horno de esos que están a la altura de la cintura y no hay que agacharse.

Floriella: Lola tiende a exagerar, y yo, como narradora también, así que probablemente anda muy lejos de la verdad. Pero decime que no sería interesante si existiera tal trabajo.

Citrus: Diay, los ticos en la oficina casi siempre estamos hacinados, compartiendo compus, con poca luz. Ush, hubieran entrevistado a Lola con un psicólogo y se jode, se joooodeeee.

 

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