lunes, marzo 20, 2006

Narractiva



Advertencia: Este post tiene que ver con psicoanálisis y por ende, con caca. Si le molesta el tema, no lea. Si le interesa, bueno, mi blog a la larga no es el problema más serio que tiene.

Cuando hice la prueba de admisión a Bellas Artes, nos hicieron una pregunta idiota que iba por ahí de "¿qué es lo que más le preocupa a usted?" En ese momento respondí algo que hasta a mí me sorprendió. Me preocupa la pureza de los recuerdos. Era verdad, pero nunca había podido sintetizar ese malaise. Desde pequeña sospechaba que las cosas no eran como yo las recordaba, que debían haber sido menos crueles, más razonables, menos absurdas, porque el mundo real no funcionaba de acuerdo con los patrones establecidos por mis recuerdos (acá vuelvo a enfatizar que era una niña bastante anormal y ya bien neurótica). La cantidad de caca en el baño del kinder cuando, pobre insospechada, abrí esa puerta, no es real. No puede venir de alguien tan pequeño. Gregory no puede haber sido tan cruel conmigo y yo no puedo haber estado enamorada de Nathan a mis tiernos cinco años (sinceramente a veces sospechamos que a Nathan nos lo imaginamos). Uno tampoco se cae de la copa de un ciprés, se levanta y se sacude el polvo al mejor estilo Wonderwoman. Las cosas no son así.

Lo único bueno que me dejó la corta pasada por esa escuela fue la pregunta. Duré mas o menos cinco años en volver a planteármela, cuando llevé "Lectura Psicoanalítica de Textos Literarios". Por cierto, en plena lectura de "Interpretación de los Sueños", dejé de soñar repentinamente. Pasaron unas cuantas semanas antes de que tuviera un sueño donde mi profesor me decía "No sueña porque no quiere". El sueño era puro psicoanálisis, era el ombligo del asunto, el colmo de lo inconsciente. Después de eso soñé/sueño a diario, era como si me hubieran soltado un tapón, así que para el proyecto final presenté un destaqueador pintado en dorado, con una colilla que decía "El psicoanalista". Después de ese curso, en el desglose de porcentajes de Lectura Psicoanalítica de Textos Literarios II (Freud Strikes Back) ya no decía "Trabajo Final", sino "Trabajo Escrito". Como le matan a uno la creatividad.

Y bueno, déjese de digresiones, ¿qué tiene que ver eso con los recuerdos? Pues mucho. Freud dijo las palabras más sabias: "Lo importante no son los hechos, sino el relato sobre ellos". Claro, ¿qué importa si la cagada era tan grande o no, si de verdad caí de pie cuando me fui literalmente de cabeza del ciprés? Lo importante es por qué escogí recordar eso y no, qué sé yo, que mi abuela me pegara si brincaba en la cama. Posiblemente yo le arreé a tantos güilas como a mí me arrearon, pero yo prefiero recordar que yo era la víctima. Entonces lo que importa no es si yo era agresora o agredida, sino que yo pensara que era agredida. El psicoanálisis me hizo más daño que bien, porque, como recordará humo en la nevada Provence, USA, le agarré una fobia horrorosa a los excusados (no estoy del todo compuesta).

Uno se imaginaría que ese viejillo barbudo no le jalaría a uno las patas más de dos veces. Debe estar muy ocupado, dando seminarios y charlas, escribiendo libros póstumos para luego cambiar de opinión y poner notas al pie de página más grandes que el texto original. Imaginarse a Freud ocioso es imposible. Pero no, ahí busca tiempo para venir a sacudirle los coyoles a su pupila más despistada e ineficiente una tercera vez. La semana pasada (antes del accidente muñequístico) soñé que defendí a Freud ante un grupo de personas, y concluía mi disertación on las sabias palabras: "Si no fuera por él, nadie se hubiera dado cuenta de que hablar de sus congojas hace bien". Claro, ahí estaba el asunto, la narración. El tan buscado tema de la tesis a la larga estaba ahí. Claro, suena obvio, narración como tema de Literatura (duh), pero no lo es tanto. El detalle está en cómo despeluca uno ese pollo, cosa que aún no dilucido.

Habiendo dicho esto, me voy a dedicar de lleno al tema de "narración" y, de haber nuevos posts (no sé si los habrá, puede que no quede tiempo), probablemente andarán por estos temas. De vez en cuando escribiré algo jocoso que (solo a mí) me pasa. Espero contar con su indulgencia, que sean capaces de tolerar esas largas discusiones y continúen aportando ideas.

Hasta entonces, se despide, la sardina albina, quien comenzará el próximo post con el lindo tema: Freud y el feminismo, ¿qué desea la mujer? (No tan) breve resumen de un artículo de Shoshana Felman con nombre similar (yo, a diferencia de Dan Brown, SÍ cito mis fuentes).

6 comments:

At 4:49 p. m., Blogger Lachi said...

Yo creo que tenés una considerable cantidad de admirador@s que no podés defraudar, en lo que se refiere a narrar singularidades.

¿Porqué no hacés otro blog paralelamente a Confesiones de la Sardina Albina? Blogger permite hacerlo con el mismo usuario. También como para distinguirlos por temas y no hacer mucho sambrote entre cosas cotidianas y otras propias de la tesis.

 
At 9:41 p. m., Blogger Solentiname said...

Yo espero con ansias. Soy adicta a ese tupo de freud-stuff.

 
At 10:23 p. m., Blogger Humo en tus ojos said...

mmm... algo me huele a humo en este post... lo leí en la ofi y no pude postear (internet provenzal), pero lo que te iba a preguntar me lo contestaste con las dos llamadas de hoy

 
At 10:40 p. m., Blogger Humo en tus ojos said...

maquillaje del recuerdo que llaman... es un padecimiento de todos nosotros, individual y colectivo...

 
At 7:32 a. m., Blogger Denise said...

En una película que se llama "Final Cut" lo abarcan desde otro punto, pero en uno de los diálogos dicen eso, que si los recuerdos son realmente fieles o es una confusión de cosas que pasaron, sueños que uno olvida que son sueños, deseos...

Mi hermana siempre cuenta que una vez fuimos a un parque y que se cayó en un hueco enorme, que estuvo horas ahí hasta que la sacó mi papá, mi familia jura que eso jamás pasó y ella lo defendería a muerte.

En todo caso, el asunto freudiano me divierte, pero a veces da esa impresión de que se sacó algunas conclusiones del... sí, justo de ahí.

 
At 8:23 a. m., Blogger Sardina albina said...

Lachi: No abandonaré a mis cinco proverbiales gatos, pero en verdad no quiero tener dos blogs. Probemos a ver qué pasa, pero te aseguro que mis singularidades siguen siendo lo predominante, porque no tengo tiempo para leer mucho.

Sole: Me trae lágrimas a los ojos oír que alguien comparte mi pasión. Espero cumplir con tus expectativas.

Humo: El detalle esta en que no importa qué pasó, sino cómo lo viste. Eso me parece muy liberador por un lado pero por otro tenés que sentarte a ver por qué escogiste justo esos recuerdos. Mejor ir al diván a la larga.

Denise: ¿Qué pensaste de Eternal Sunshine of the Spotless Mind"? A mí me encantó, y eso que no soy fanática de Jim Carrey. Yo hace mucho abandoné la prédica de Freud pero aún lo encuentro maravilloso como texto, precisamente por lo humano que fue y porque, si usás su teoría contra él mismo se sacan cosas interesantes. Y si se las hubiera sacado de ahí las ideas, iría de maravilla con mi noción del psicoanálisis :)

 

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