jueves, marzo 02, 2006

Divinas ponderaciones


La religión es uno de los temas escabrosos en mi vida. Mi padre es católico no practicante, mi madre agnóstica. Y por agnóstica en realidad me refiero a atea, solo que m papá nunca me dejó decirlo porque temía represalias. Si ustedes creen que era extremista, no lo fue. Sí las hubo. Mi infancia en escuela católica durante los 70 no fue bonita. No quiero pasar mucho rato en esta parte, pero para resumir yo me levantaba todas las mañanas e iba al baño a buscarme los cachos, porque mis compañeritos me tenían convencida de que hija del diablo por no ser bautizada. También me llamaron animal porque sin bautizar era imposible que tuviera nombre. Pero bueno, si no hubiera sido eso hubiera sido otra cosa, porque lo mocosos son crueles y yo era extremadamente tímida y sensible.

Mi abuelo paterno fue un comunista rematado (hasta que tuvo su primer casa). Se vio compleido a afiliarse al movimiento comunista cuando del hospital de Turrialba lo mandaron a la casa con su hijo enfermo de tuberculosis porque no tenía plata para pagar el médico. Acá tengo que detenerme para hablar maravillas de mi abuelo, pues fue un hombre increíble. Aunque llegó hasta 6to grado, llegó a leer más filosofía, literatura e historia de lo que jamás estos ojitos universitarios llegarán a leer en su vida. Mi abuela, la única que aún vive, es devota católica y campesina innata. De mi abuela heredé el instincto para oler una rata a una milla y tener unas corazonadas de bruja que asustan. Pareja dispareja por decir lo mínimo.

Mis abuelos maternos salieron de Holanda al final de la 2da Guerra Mundial. Lo poquito que podían haber tenido de religiosos se esfumó al ver todo lo que ocurrió durante la ocupación Nazi. De ese tema tampoco quiero hablar, pero explica por qué mi mamá se erizaba ante cualquier sugerencia o rastro de actitud religiosa en la casa. No lo hacía por maldad, simplemente la habían educado para demostrar su inteligencia negando la posibilidad de un ser supremo. Si hubiera un dios, no permitiría las injusticias que ocurren en el mundo. Yo por mucho tiempo también pensé igual, prinicpalmente porque cuando murió algún gato de mi infancia, tuve la osadía de decirle a Dios que me probara que existía y reviviera al animal. Como el gato no respiró de nuevo, yo cerré el chinamo con él (ya para estas alturas se dan cuenta de que esta pobre sardina está requeterayada). Con todo y que pasé por escuela y colegio católico, nunca puse atención a lo que decían los profesores de religión, ni a las misas. Era simplemente una traición a la familia y no se hacía. Poco me faltaba taparme los oídos y hablarme a mí misma. La religión tiene mucho del sabor de lo oculto que para otros tiene hablar de sexo.

Hago todo este paseo por mi genealogía e sardininfancia, no tanto para asustarlos (aunque entiendo si lo están) sino para que entiendan por qué la religión es un tema curioso para mí. No fue sino hasta mis primeros cursos en la Maestría en Literatura Inglesa (y eventualmente Ulysses, de James Joyce) que descubrí el vacío cultural de no tener religión. Me estaba perdiendo de todo otro enfoque a la literatura. Si no trataban con las historias bíblicas más comunes, como Adán y Eva (pero oh sorpresa tan agradable fue averigüar que estaba también Lilith), o el Arca de Noé, está sardina iba up shit creek without a paddle. Curiosidad picada, el año pasado me compré un libro sobre la Biblia (y si preguntan, acertadamente, cuál, fue el antiguo y nuevo testamento según la tradición judeo cristiana) y me lo leí con un afán impresionante. Desgraciadamente, a 10 meses de haber hecho el ejercicio ya lo olvidé casi todo y no sé por qué. Será que no tengo un referente cotidiano, pero en verdad me apena.

En algún momento, tal vez cuando vi poco a poco a todos mis compañeros ateos sucumbir a la presión de la tradición y casarse por la iglesia, ponerse una cadenita de oro con una cruz o buscar una judía para el matrimonio porque tradition oblige, comencé a ver las bonanzas de tener una religión. Primero que nada, te da un sentimiento de pertenecer a un grupo (Lachi, vos sos en parte responsable de este post, te das cuenta). El hogar, al mejor estilo romano, como indicó humo, era donde se atizaba el fuego, símbolo de mantener la religión de la familia viva. Sin fuego, no había religión y sin religión no había identidad ni familia. Una religión es historia, no necesariamente de un dios pero sí de una gente.

A principios de año pensé seriamente estudiar Teología, pero me di cuenta de que sin el elemento de fe y tan solo el de razón nunca iba a tener sentido. Simplemente no sé lo que es creer en otra cosa más que en mí misma y lo que me rodea. Lejos de ser un ideal filosófico, es más una atadura emocional, pues mucho quisiera tener un poco de consuelo en momentos duros de mi vida. Por eso encuentro admirable, y no una señal de ignorancia, que alguien pueda creer y he aprendido a respetar a quienes lo hacen. Porque en mi actitud tan severa ante ellos, no fui más que pía al ateísmo como cualquier devoto extremo a su religión. Dicho de otra forma, me convertí en aquello que tanto critiqué. Reclamé libertad religiosa para ser atea, pero rechacé ad portas toda opinión contraria a la mía. Envidio a Alfonso o a mi novio, que tienen legítimo conocimiento de su religión, de una forma metódica y comprensiva. Me encanta que me corrijan, que me eduquen, que me manden a investigar. Tal vez no sea necesario estudiar teología, sino tan solo poner más atención. O tal vez oír en vez de hablar. ¿Cómo carajos oye una sardina?

11 comments:

At 1:33 p. m., Blogger Jules said...

Si bien la religión da una sensación de pertenencia, también puede suceder lo mismo con la familia, con tener un barrio, ser miembro de algún club, trabajar en ciertas empresas, ser nacional de un país y encontrar paisanos en otras tierras.

Será que el zacate es más verde del otro lado de la cerca? A mi me hubiera gustado tener cerca a mi familia extendida en vez de sentimientos culposos arraigados por la religión.

 
At 5:50 p. m., Blogger Sardina albina said...

Yo misma no tengo claro el por qué del asunto, pero te confieso (pun intended :P) que en términos de pertenecer nunca lo he hecho, en ningún ámbito y tal vez por eso, como decís, se lo achaco al asunto de la religión.

El blog ayuda :)

 
At 7:22 p. m., Blogger Solentiname said...

Me educaron católica y la alergia me hizo atea, pero admiro a la gente que tiene fe y quisiera entender su sentimiento y la fuerza que a veces pueden tener. Me genera una curiosidad enorme.

 
At 9:11 a. m., Blogger Caro said...

Formar parte de una religión conlleva muchas cosas entre ellas lleva un compromiso con lo que se cree. No tendría sentido no practicar nada de lo que se "profesa". Creo que esa es una de las causas por las que actualmente el ateísmo es tan popular "si no me parece algo de tal o cual religión pues no creo en ninguna y asunto arreglado" y esa es una forma muy lógica de ver las cosas.
Creo que es fácil entender porque a alguien que no le enseñaron en casa un dogma y que padeció la crueldad tan malvado de niños burlandose de uno NO quiera tener nada que ver con religiones.
Yo fui criada para ser de una religión fantasma y luego descubrí una fe que me lleno más que la sombra anterior no es complicado porque es algo que ha estado conmigo toda la vida e incluso me gusta.
Espero que tal vez algún día le pase eso, que encuentre aquello que la llene y le proporcione algo en que creer por su propia convicción y voluntad.

Qué le parece si usamos ondas de ultrasonido para que pueda escuchar la sardina, si sirve con los delfines y le servía a Aquaman porque no va a funcionar en Sardianas???

Saludos

:)

 
At 10:56 a. m., Blogger Alfonso Chacon Rodriguez said...

Religión, mm, menudo tema. Prefiero hablar de espiritualidad. Solentiname da en el clavo: necesitamos un apoyo externo cuando falla lo demás y por eso yo, que me consideré ateo por mucho tiempo, ahora admito mi necesidad de creer. Quizás suena esto demasiado pragmático, una especie de apuesta de Pascal. Pero he descubierto que ahora muchas cosas me resultan más manejables y el tormento es menor. Ya solo eso me basta.
Por otra parte, leyéndote--y recordando nuestras conversaciones--me hace conjeturar que tu búsqueda es en cierta forma algo relacionado con tu identidad. Ayer un amigo me decía que yo tenía pensamiento católico. Le dije: no lo puedo evitar. Tratar de deslindar el cristianismo de nuestra cultura y nuestra individualidad es como quitarle el budismo al Japón o el Islám a los árabes. Está ahí imbuido, como descubriste con Joyce. Eso no significa que automáticamente uno deba ser confeso, hay bastante distancia, pero alejarse con la excusa de no creer nos cercena, como has descubierto dolorosamente, una parte nuestra importante. Buena o mala, hay tela para cortar. Pero a partir de ahí nos toca avanzar.

 
At 11:38 a. m., Blogger Lachi said...

Me preocupa que cuestionarte te incomode. Te cuento que mi consigna en esta década que estoy viviendo es revertir un poco mis errores de la anterior (un poco lo que hablabamos ayer con el enojo de los veiteañeros). Yo me harté de vivir enojada. Siempre tengo en mi mente esta frase: "Ignorance is bliss" (la escribo así en inglés, porque fue así como la aprendí). Pero me niego a pensar que este enunciado es totalmente cierto. Quiero pensar que la lucidez es una virtud y no una carga. Quiero ser inteligente, pero no infeliz.

Eso que escribí en mi blog no sólo es para los demás. Me lo digo a mí misma, por lo carepicha que puedo ser a veces. Pero aplico la mecánica de las terapias de grupo: decirlo hasta el cansancio hasta superarlo.

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Con respecto a la religión, es difícil después de largos procesos de descubrimiento, creer ciegamente. La fe, algo tan intangible, inmesurable y a veces, sobrevalorado, es algo que se pierde en el mundo contemporáneo precisamente porque la ciencia y la historia nos echa en la cara constantemente que la vida no es una línea recta sino un eterno cuestionarse.

A mí la religión me choca desde su perspectiva de dudosos postulados ideológicos, pero me parece interesantísima desde el punto de vista del ritual, que creo es lo que resentís no haber vivido. Sin embargo, pensá en cuántas familias de agnósticos existen en el mundo y si esa condición las hará infelices, o bien, si lo son, que sea por esta única razón. En esto, tengo que concorcar con Doña Medea, en que la religión puede ser un eje importante de donde soportar la unión familiar o el sentido de pertenencia, pero sin duda no es el único.

Sin embargo, la sensibilidad que demuestras sobre este tema y la disposición a ser una persona más respetuosa de los otros (cualidad de la cual ya gozás) es un paso significativo. No pueco obviar decirte, que me parece una hermosa reflexión la que hacés. Hay un respeto y amor en la forma en que te expresás de tu familia muy conmovedor. Tal vez las cosas no estén tan mal después de todo, digo yo.

Saludos.

 
At 3:37 p. m., Blogger Sardina albina said...

Sole: Justo, eso exacto. Profunda admiración.

Caro: Propongo pedir a alguna U un fondo para desarrollar ese tipo de tecnología de la que hablás, y ojalá haga tu-tu-tu como el hombre nuclear cuando veía con el ojo biónico... el problema es que en una sardina albina no quieran invertir, pues en realidad tiene expectativa de vida menor que una sardina normal.

Alfonso: Justo le hablaba a lachisobre perder "autoridad" sobre los textos. Me encanta todo lo que vos leés entre líneas y cómo lo relacionás.

Lachi: Gracias por los piropos, no te preocupés ya compré las agujas para tu bufanda :D Nombre, tanta tolerancia la desarrolla uno de haber llevado UN MONTON de palo!

 
At 8:23 a. m., Blogger :: Cianuro :: said...

hola.. parece que tambien yo llego tarde a los posts...!!!

una vez un amigo me dijo que "la religion es solo un dedo que apunta a la luna". O sea, lo importante no es la religion en si, sino lo que busca. He conocido alguna gente muy religiosa pero que son un asco de personas, asi como ateos que tienen una espiritualidad y claridad que son envidiables.

Lo importante es que creas en ideales como respeto, tolerancia, amor, y todo eso.. El resto es solo protocolo...

 
At 10:47 a. m., Blogger Lachi said...

Querida sardina:

Sólo hago que la espera de cierta prenda tricolor, tejida y alargada, sea más breve.
Te prometo que cuando yo tenga por afición la apicultura, te regalo un manojo de apios:P

 
At 10:58 a. m., Blogger Humo en tus ojos said...

Antes de comenzar, quiero envenenar un toquecin a cianuro: te gané te gané yo puedo llegar a un más tarde a los post de la sardina! Incluso siendo su ahumada amiga me doy permiso para aparecerme varios días después.
Ora sí sardinator: Sí sos un animal! Una sardina albina que nada contra corriente! Y temo decite que los peces que yo sepa, no oyen, pero perciben muchas cosas y son los animales más sensibles a cualquier cambio. Desde que te conozco sé que tenés toooodo este gran tema con las Divina Providencia y las religiones, y así sea a palo y porrazo, me consta que hoy creés en más cosas y en más personas que aquella vez en el desierto nevado; sí, con todo y la purga de amigos, con todos los intentos fallidos, son los que son y están ahí.

 
At 8:33 a. m., Blogger Sardina albina said...

Cianuro: Es justo el protocolo que me encanta, pero tenés razón, no lo cambia a uno en esencia.

Humo: Lo que no querés es perder la bruja lectora de tacos nocturnos, ¿verdad? Es verdad que tenés derechos adquiridos, porque te has chupado todos mis largos, tortuosos cuentos sin decirme una vez "te lo dije" y, más importante aún, sin pegarme por bruta.

De nuevo a todos, mil gracias por sus comentarios, en verdad le agregan otro matiz a la búsqueda de espiritualidad de esta, su sardina servidora (pero no limpio ventanas).

 

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