So an agnostic, an atheist and a jew walk into a buddhist temple...
Obra de Joey Remmers. Ver http://www.joeyremmers .com
No quiero sonar irrespetuosa. El año nuevo no fue un chile, en verdad. Realmente nos sentamos los arriba mencionados en una mesa a hablar de religión, tema escabroso, no por aburrido o polémico, sino porque profeso total ignorancia y soy pésima argumentando. Luego pasó a hablarse de Dream Quest momento en el cual perdí interés en la conversación. Tal vez de vernos hubieran pensado que no lo tomamos en serio (no ayudó que ninguno del grupo hablara chino --¿aunque cuáles eran las probabilidades, si eran como 15 geeks?), pero creo que a todos nos impactó. Sinceramente no me sentí fuera de lugar sino hasta ya entradas las dos horas, pero eso podría ser por mi habilidad por ignorar completamente mi entorno. No, no es habilidad desarrollada, sino más bien atribuible a mi despiste total heredado por la vía paterna. Claro, cuando comienza un monje budista a hablar en chino, pues es inevitable de repente percatarse de que está uno detrás del proverbial palo.
Pero así no comienza el cuento. Había tenido inventario físico de la empresa ("dícese de una actividad obligatoria para los empleados pero facultativa para los dueños, llevada a cabo un sábado cada cuatro meses y con duración de seis a ocho horas, cuyo objetivo es encontrar faltantes de material y errores en medición para sembrar culpa en los empleados y bajar la autoestima de los participantes"). Hago la salvedad de que yo no iba en el mejor estado mental. Como soy atarantada, no me gusta andar en carreras. Regresé a la casa a las 4:30 y aún tenía que quitarme toda la tierra de inventario de encima, que de fijo trae mala suerte porque ha estado ahí al menos ocho años (esto, desgraciadamente, no es exageración). Ah y mínimo rasurarse para no pasar el año peluda (encima de pobre y puesta al camino, peluda? Ni la abuelita lo quiere a uno). Habiendo cumplido con mi no tan estricto regimen de aseo personal, salí a las 5:10 p.m. de mi casa, con suficiente tiempo para viajar un sábado a San José centro sin dramas... si no es víspera de la manifestación de apoyo de Arias. Llegué a las 5:48, incómoda por hacer a los otros esperar, preocupada por ser impuntual el resto del año, y encima de eso estresada por mi necedad de preocuparme. (Es como una cebolla, la neurosis, tiene capa sobre capa, el paraíso de los psicológos es mi mente).
Acá yours truly cuando vio al monje perdió la ansiedad. Yo no sé cómo lo hace. En mis fiestas de cumpleaños, que pueden ser los festejos más mal planeados salvo por las fiestas de Zapote, yo ando hecha un saco de nervios. Olvido saludar gente, cuanto pobre inocente entre a la cocina termina haciendo la ensalada, olvido cosas insignificantes como sillas, música o carbón para la parrilla... Este monje se veía livianito, nada le quitaba la paz. Sin entender una sola palabra, en realidad me sentí bienvenida y tranquila (y, bueno, algo atraída por el monje. Me temo que si hay un infierno, voy a dar a él por ser tan libidinosa). Dicen que pasa los cincuenta, pero yo no le hubiera dado más de 35. Se le acercan los chiquillos y él saca (bueno, no sé de donde, no creo que la túnica o como sea que se llame tenga bolsas, o sí?) confites para darles. Como diría una vieja amiga (más bien antigua, no vieja, fuchi vieja), de un portátil total.
Luego de las palabras de una señora, el monje, y un señor (introducción (¿uy quién se viste así para este evento? Ay que grosera que soy, a la larga es tradicional...), aplausos, desarrollo (junten las manos, hagan que piensan algo importante, sean serios...debí de haberme puesto un brassiere, está haciendo frío), aplausos, y conclusión (¿este será el presidente de la dichosa asociación, me imagino?), aplausos), pasamos a comer. Ahí mejoró la noche (pero yo de por sí como de todo, soy una fácil). Si uno comiera así todos los días, no le haría falta la carne. Claro, también le sobraría la grasa, porque mucho era frito. Comenzaron los actos. Bailaron unos niños, cantó un coro... sinceramente no logré compenetrarme en estas actividades. A esas alturas yo pensé que había metido las patas y que era tonto celebrar un evento que no era mío para comenzar. En eso siguieron los leones. No sé si será que favorezco a los leones después de tanto libro de las Crónicas de Narnia, pero me dio ganas de llorar de felicidad. En todo caso, cuando los leones comieron su lechuguita y la esparcieron, en verdad sentí que era el fin de un ciclo y el comienzo de otra cosa completamente distinta. En verdad que fue un año de palo (y palo de piso), con muchas pérdidas pero también con sorpresas maravillosas. ¿Qué espero para el nuevo año? Paciencia, tolerancia, iluminación, salud, viajes, amor, paz en el mundo, lo mismo que piden las concursantes a Miss Universo. Y tal vez egocéntricamente pido lograr tirar a 70 M. ¿Será este el año en que me una yo a las grandes ligas? Ah y si le queda algo, quisiera comprar carro. No tiene que ser nuevo, con un modelo 93 estaría más que agradecida. Sí, yo sé que son bienes materiales. Ehhh, bueno pues no, en realidad no los necesito. Pucha, yo decía, ya no se puede pedir nada... shhhh. Tenía razón el ateo, que interesada. Sea como sea, bienvenido sea mi año, Año del perro.
POST SCRIPTUM: Mi estimada comerciante de artículos varios, ardua trabajadora en año nuevo chino, me informa tu amado que pensás abandonarme por ser tan corriente. Bueno lo de corriente ni modo, jeje, pero por favor, ¡no me abandonés! Eso sí, ni se haga ilusiones de chocolates o peluches para ganármela. Ya bastante sufro con un novio imposible para los regalos. Hmm, FIN DE DIGRESION NO ANUNCIADA.
4 comments:
Di, pues que se le haga todo en su año del zaguato! Arf! Arf!
Jeje, que aguevado por vos, te lo conté todo el domingo y ahora te lo chorreo acá. Oiga víbora (digo, por lo del signo del zodiaco chino, no se me ofenda), mándeme un SMS para ver donde le deposito el dinero de la piedra de Cristo. Ojalá BCR o BNCR. Si es el BcoPop entonces es hasta el 3 de febrero.
Voy a pensarlo. Eso de "amiga", de seguro se los dices a todas. :D
Por cierto, eso de hacer o no hacer algo la víspera del año nuevo como augurio de lo que vendrá, acaba de arruinar mi vida.
El bendito 28 esta comerciante de artículos varios trabajó como 13 horas seguidas sin almorzar.
Me cago en el año nuevo.
Al menos no pasaste el 28 en casa oyendo a los gatos en el techo.
Bueno pensalo, avisame si tengo que devolverte algo si terminamos :D
El regalo fue bien aprobado y no adivinado. Pensó que le iba a dar un librero... :| Por si las moscas compré el baby doll también jeje.
Publicar un comentario
<< Home